Al entrar se podía oler el rico chicharrón que estaban preparando en unas ollas enormes, a un costado el chicharrón recién freído, se veía tan crujiente, listo para disfrutar en unos tacos con guacamole y limón.
Al entrar a donde estaban las mesas y el bufete me di cuenta que el lugar estaba decorado con papel mache de colores como rosa, verde, azul, rojo entre otros; al igual había reboso de rayas con muchos colores llamativos, colgados en las paredes y en las mesas había un típico mantel blanco; pero en la mesa había unas flores muy bellas de color rojo carmín.
Llego el mesero y nos dejo la carta y también nos dio la opción de el bufete, pero todos escogimos bufete; en seguida el mesero nos pregunto sobre que queríamos de tomar, así que mi abuelita y yo pedimos un atole, ella de amaranto y yo de guayaba; cuando nos llevaron el atole, muy sabroso cuando lo probé y ademas su olor riquísimo ,un olor dulce pero agradable , un color amarillo y una taza de barro decorada con siluetas muy coloridas.
Cuando fui a la barra de bufete, había muchos platillos como tamales: verdes, rojos, rajas, dulce y uno de mole verde , que sinceramente nunca había escuchado; pero quería algo mas, así que seguí caminado, y vi que había chicharrón en chile verde; pero no me gusta, así que decidí servirme pozole. El pozole era blanco con cuadritos de carne de puerco, y maíz abierto como una flor en primavera, decidí agregarle: cebolla, rábanos picados en cubos , lechuga, unas tostadas con crema y por ultimo chile piquin para darle un toque de sabor.
Quede satisfecha, estaba muy sabroso; no podía olvidar el postre, no sabia que escojer había postres tan ricos que quería probar uno de cada uno; solo que ya estaba satisfecha así que decidí solo comerme una rebanada de pastel de elote, un pastel que tenia azúcar glas en la parte de arriba , me lo comí con tanto gusto que necesitaba otro; lo único es que tengo que cuidar la linea.
Después de que acabamos de desayunar, mi papa llamo a los músicos para que le tocaran las mañanitas a mi abuelita; pero mi abuelita ya no escucha como antes así que tuvieron que cantar un poco mas fuerte, a mi abuelita le encanto por eso pidió otra canción.
Llego la hora de irnos a casa; mi papa pidió la cuenta y nos salimos muy contentos del gran servicio que nos brindaron los meseros que estaban muy atentos a lo que necesitábamos, es uno de los restaurantes a los que he ido, donde te van un excelente servicio y una atención de primera.
FABIOLA JIMÉNEZ ÁLVAREZ
Hay que corregir la redacción y la ortografía, sin embargo es un muy buen primer intento.
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